En 1793, el reconocido pintor español sufrió una enfermedad desconocida que tuvo un efecto duradero en su vida y en su carrera.
La consecuencia inmediata de esta enfermedad fue la pérdida de su audición (hearing loss) a los 47 años, pero también comenzó a aislarse más y más de la sociedad y sus pinturas comenzaron a reflejar temas más oscuros y que muchos críticos e historiadores asocian al desorden mental ocasionado por su enfermedad.
Irónicamente, Goya pasó varios años viviendo en una casa en las afueras de Madrid llamada la Quinta del Sordo (Deaf Man’s Villa), aunque el nombre precedía al artista.
La naturaleza de la enfermedad que dejó sordo a Goya ha sido un gran misterio para historiadores, científicos y médicos y ha habido numerosas teorías, entre ellas sifilis, enfermedad cardiovascular y -más recientemente- Síndrome de Susac.