La popular frase “Lo que fácil viene, fácil se va” nos recuerda que las cosas logradas sin esfuerzo nunca duran.
Esta frase tiene dos usos principales: por un lado, advertir sobre los peligros del “facilismo”; es decir, querer conseguir beneficios sin trabajar o esforzarse ya que puede llevar a cometer actos inmorales, corruptos o poco éticos.
Y por otro lado, enseñar a desconfiar de los bienes o beneficios recibidos de forma fácil ya que suelen ser pasajeros o terminan teniendo un costo oculto.
“Easy comes, easy goes” es su equivalente en inglés.