“Aunque la mona se vista de seda, mona se queda” es un antiguo refrán de uso frecuente que se usa para recordarnos que los cambios externos no alteran la condición interna de cada uno.
Alguien puede cambiar su apariencia física, su forma de vestir, de expresarse o incluso puede cambiar su nombre o nacionalidad, pero estos cambios no modificarán la esencia o la genética de esta persona.
Debido a que este refrán puede tener una conotación despectiva, en la actualidad se suele omitir la referencia al animal y sólo basta con decir “Aunque se vista de seda…”.
En inglés hay un equivalente bastante cercano: “to put lipstick on a pig” o “you can put lipstick on a pig, but it’s still a pig”.