Hoy estudiaremos dos estructuras centrales para toda lengua: los comparativos y los superlativos. Las mismas nos permiten, respectivamente, establecer comparaciones entre dos cosas, cualidades o acciones cualesquiera; y denotar que cierto atributo se manifiesta en grado insuperable en cierto referente.
1) Comparativos con la fórmula ‘… más … que…’
Éstos permiten establecer comparaciones de polaridad positiva. Por ejemplo:
Con adjetivo: Eres más bella que una estrella.
Con adverbio: Mi corazón corre más rápido que un río.
Con sustantivo: Él es mucho más hombre que yo.
Con verbo: Me gusta más caminar que correr.
2) Comparativos con la fórmula ‘… menos … que…’
Éstos permiten establecer comparaciones de polaridad negativa. Por ejemplo:
Con adjetivo: Los orígenes de la tradición son menos coloridos que su celebración.
Con adverbio: Lo hizo menos lento que su amigo.
Con sustantivo: Somos menos personas que los animales.
Con verbo: Me gusta menos hacer deportes que verlos.
3) Comparativos con la fórmula ‘… tan/tanto … como…’
Éstos permiten establecer comparaciones de equivalencia. Por ejemplo:
Con adjetivo: Eres tan dulce como un caramelo.
Con adverbio: Corrió tan rápido como pudo.
Con sustantivo: Somos tan animales como las fieras.
Con verbo: Ni siquiera el sol me ilumina tanto como tus ojos.
4) Superlativos con la fórmula ‘… el/la/los/las/lo más … (de)…’
Éstos permiten establecer el punto máximo de un atributo, acción o entidad. Por ejemplo:
Con adjetivo: Eres lo más especial que tengo en la vida.
Con adverbio: Lo traté lo más humanamente posible.
Con sustantivo: Él siempre tiene que ser el más ‘superhéroe’ de todos.
5) Superlativos con la fórmula ‘… el/la/los/las/lo menos … (de)…’
Éstos permiten establecer el punto mínimo de un atributo, acción o entidad. Por ejemplo:
Con adjetivo: Es lo menos interesante que jamás leí.
Con adverbio: Traélo lo menos vertiginosamente posible.
Con sustantivo: Él es el menos persona del grupo.