Mientras el mundo de habla hispana se prepara para celebrar Semana Santa muchos se preguntan cómo estará el clima y, aunque el tiempo puede cambiar, hay un detalle que todas las Semanas Santas tienen en común.
Desde el Concilio de Nicea, en el año 325, se decidió que la Pascua de Resurrección se celebrase el domingo después a la primera luna llena que siguiera al equinoccio de primavera (21 de marzo). Por eso, todos los años, se puede disfrutar de la luna llena en las procesiones.