Piñatas, belenes, villancicos, luces, turrón, regalos, cenas familiares. Existen tradiciones y sabores navideños diferentes en todo el mundo hispano. He aquí algunos gustos festivos de varios países hispanoamericanos.
En Argentina, tierra de gauchos aventureros y tangos apasionados, la nieve y el frío brillan por su ausencia en Navidad y Papá Noel luce bañador.
La gastronomía característica de estas fechas denota la influencia de italianos, españoles y franceses. El plato destacado en estas fechas es el emblemático asado criollo, en el que se disponen sobre una parrilla todo tipo de carnes, que son asadas a la brasa con leña o carbón hasta que alcanza el llamado punto argentino o ‘vaca mugiendo’. Además, se adereza con ‘chimichurri’, una salsa entre cuyos componentes destaca el ajímoli, un tipo de pimiento molido, como si fuera orégano, de color rojizo y sabor fuerte, algo picante, pero sin ser agresivo.
La cena se sirve en un gran bufé donde los alimentos, debido a las altas temperaturas del verano, se toman en frío. Las carnes se trocean, y se hacen diversas ensaladas con todo tipo de verduras y pastas. El rey de los postres, junto con los típicos turrones de herencia española, es el helado, con una variada ensalada de frutas compuesta de manzanas, duraznos, peras, ananás y frutillas.
En México los festejos comienzan nueve días antes de Nochebuena. Son las llamadas “posadas”, unas fiestas comunitarias en las que se reúne el todo el barrio. Las calles se adornan, penden piñatas de las esquinas y hay parrilladas gratuitas para todos los habitantes de la barriada. Es una fiesta que se vive con vecinos, amigos y familiares.
Las casas se adornan con la flor de Nochebuena, similar a una margarita, pero de color rojo intenso y de cincuenta centímetros de altura.
La cena de Navidad empieza con una ensalada muy exótica elaborada con nopal, que es un cactus cocido al carbón y acompañado de tomate, cebolla, cilantro y chile jalapeño, todo ello regado con aceite de oliva.
La pata de cerdo al tamarindo es el plato fuerte que se sirve con un puré de manzana y canela. Los golosos, gustan endulzarse con una rica ensalada de frutas cubierta de miel de abeja. La bebida propia del momento es el ponche elaborado con ron, azúcar moreno, canela, ciruela y mandarinas. Un suculento menú para recibir a Jesús el Niño.
En Colombia la tradición navideña dicta que desde el 16 de diciembre se celebre la novena donde se rezan determinadas oraciones que cuentan cómo José y María llegaron a Belén y lo que sucedió antes de que naciese Jesús.
El menú colombiano en Navidad se compone principalmente de lechón relleno de arroz, aunque últimamente se está poniendo más de moda el pavo estadounidense, pues las empresas regalan la pieza de pavo a modo de bonificación.
Algo muy singular es que en la Nochevieja, o Año Viejo, los colombianos elaboran unos muñecos que pueden representar, o no, a personas famosas. Los rellenan de fuegos artificiales y los colocan en las carreteras. Cuando sue-alunamanan las doce de la noche del 31 de diciembre, se les prende fuego y sus chispas inundan de color la noche.
En Perú, en los últimos años el protagonista es el pavo estadounidense que ha desplazado al lechón en la carta navideña. Este suceso tiene lugar especialmente en las grandes urbes, mientras que en las montañas y en la costa aún se conservan las viejas tradiciones, como el consumo de cuy, un roedor asado con patatas y cebolla.
En cuanto a los dulces, destacan el chocolate caliente, el panetón, que es un bizcocho relleno de frutas confitadas y pasas, y el puré de manzana. Otro detalle navideño típico de Perú son los numerosos nacimientos vivientes que son erigidos en todos los lugares posibles.
Mezcla de devoción y folklore, en Hispano América, las fiestas navideñas son una buena excusa para celebrar el nacimiento del Niño Jesús en compañía de familiares y amigos rodeados de suculentas viandas.
Texto tomado y adaptado de: www.eldiariony.com