La celebración del Día de los Muertos es un perfecto ejemplo de la fusión de diferentes culturas y religiones y, aunque varios países lo celebran, se ha convertido en un símbolo de la cultura mexicana.
Muchas de las tradiciones características de esta fiesta se remontan a tiempos prehispanicos y se han pasado de generación en generación. Luego de la llegada de los españoles, las tradiciones de los pueblos originarios se fusionaron con las tradiciones católicas del Día de los Difuntos y del Día de Todos los Santos hasta llegar a la fiesta del Día de los Muertos que conocemos actualmente.
Es por ello que en 2008 la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) declaró a esta celebración Patrimonio Cultural e Inmaterial de la Humanidad de México.