De acuerdo a la regla general las palabras en español deben estar acompañadas por artículos de su mismo género (masculino/femenino) y número (plural/singular), por ejemplo: el perro, la casa.
Sin embargo, hay ciertas expeciones como el caso de la palabra “agua”. Esta es una palabra femenina, pero utiliza un artículo másculino, por lo que siempre decimos “el agua”.
Esto se debe a que la palabra comienza con una letra “a”acentuada (stressed), entonces para evitar la doble “a” creada por ‘la agua’, optamos por usar el artículo masculino “el”.
No obstante, cuando usamos el plural cambiamos nuevamente al artículo femino “las aguas” ya que la letra “s” crea una barrera entre las dos “a”.
Otro ejemplo similar es el de la palabra “alma” (soul): el alma, las almas.