El director mexicano Guillermo del Toro se caracteriza por sus películas de fantasía. Dentro de universos tanto maravillosos como mostruosos, el director nos muestra el lado más humano de sus personajes. De esta forma el artista logra reflejar con lo irreal problematicas del mundo actual. En el Espinazo del Diablo y el Laberito del Fauno, Guillermo explora la crueldad de la guerra pero desde la inocencia de la infancia.
En su última pelicula que le ganó un Oscar, La forma del agua, el director explora temas de xenophomia, el miedo al otro. Al mismo tiempo, nos engancha con el romance entre los dos personajes, el monstruo del Amázonas y la trabajadora sorda.
Su trabajo funciona como un espejo que nos recuerdo la capacidad del ser humano de hacer el bien y el mal.