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¿Sabías que los perros eran sagrados para los Aztecas?

Did you know that the Aztecs considered dogs sacred?

Así es, en esta cultura prehispánica los perros tenían un lugar especial en la sociedad y una raza en particular ocupaba un sitio de honor en la mitología azteca.

Estamos hablando de la raza xoloitzcuintle, una variedad originaria del continente americano, en especial de México, que se caracteriza por su falta de pelo.

El nombre de esta raza viene del idioma náhuatl, de las palabras ‘xólotl’, que significa ‘esclavo’, ‘deforme’ y ‘extraño’ y de ‘itzcuintli’, que significa ‘perro’. El xoloitzcuintle era considerado un perro representante del dios Xólotl y tenía la tarea de guiar las almas de quienes morían al Mictlán, el inframundo para la mitología mexica.

Para llegar al Mictlán había que cruzar un largo y peligroso río. Si la persona había tratado bien a los perros en vida, el xoloitzcuintle lo llevaría en su lomo (back) y lo mantendría seguro hasta llegar al inframundo. Por otro lado, si la persona no se había comportado bien con los perros, este animal sagrado se rehusaba a llevarlo y el alma moriría también.

Según las leyendas, si el xoloitzcuintle es de color negro, no podrá llevar a las almas del otro lado del río, debido que él ya se ha sumergido en el río y ha guiado ya a suficientes almas a su destino. Asimismo, si es blanco o de color muy claro (light), tampoco podría atravesar el rio, ya que es muy joven aún. El color correcto que debe tener el xoloitzcuintle para ayudar a un alma a cruzar es un gris jaspeado.

Además de ello, los xoloitzcuintles eran usados en sacrificios rituales y, según se dice, en guisos para comer.

Durante el siglo XVII, la Corona española ordenó exterminar con los perros nativos de estas tierras, lo que llevó a esta raza al borde de la extinción. No obstante, en los años 50, en las zonas de Guerrero y Oaxaca, se redescubrieron los xoloitzcuintles y desde ese momento, algunas organizaciones se han dado a la tarea de conservar esta especie. Desde el año 2016, este perro sin pelo es considerado patrimonio cultural y símbolo de la Ciudad de México.

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