“Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí”. Este es el cuento más corto del mundo escrito en lengua española, se titula “El dinosaurio” y pertenece al escritor guatemalteco Augusto Monterroso.
En sus siete palabras, el cuento despierta gran intriga y mucha tensión en el lector debido a varias características como el tiempo verbal en el que está escrito, su sintaxis bastante equilibrada y lo que se puede considerar como una ambigüedad semántica (¿quién despertó?, ¿desde cuándo estaba el dinosaurio allí?).
Sin embargo, en español, surgió un cuento aún más corto, tiene solo cuatro palabras: “El emigrante”, del mexicano Luis Felipe Lornelí. Dice: “-¿Olvida usted algo? – Ojalá”.