The popular saying “Caras vemos, corazones no sabemos” teaches us not to judge a book by its cover.
En la actualidad usamos este refrán para advertirnos que no debemos juzgar o confiar en alguien sólo por su apariencia. Debemos primero conocer a una persona y saber qué hay en su mente y en su corazón.
Este refrán tiene su origen en el pueblo mexica, pero su significado original era levemente diferente.
Ellos creían en la dualidad de las personas que se manifestaba en su cara y en su corazón. Los mexicas creían en tener comportamiento moral, recto, que se reflejaba en sus caras y una voluntad fuerte, firme, que se reflejaba en sus corazones.
Es decir, que para ellos este refrán funcionaba como un recordatorio sobre la importancia de llevar una vida virtuosa interna