El refrán “más vale malo conocido que bueno por conocer” expresa una advertencia de cautela que a menudo puede ser interpretada como una invitación al conformismo.
Esta popular frase se aplica cuando, ante la posibilidad de un cambio, nos aferramos a lo que ya conocemos, sin importar la condición de lo conocido y las promesas de mejoras del cambio.
La incertidumbre ante los posibles efectos de un cambio son tan grandes que muchas veces nos convencemos de conformarnos con las cosas, situaciones, y personas que ya conocemos porque nos resultan familiares y confortables aún cuando ya no nos resultan satisfactorias.
En otras palabras, ponemos más valor ante lo familiar, lo conocido, aunque sea malo para nosotros y no le damos una oportunidad a lo nuevo, lo incierto, por no saber si será bueno.
Variantes:
- Más vale un mal conocido que ciento por conocer.
- Más vale viejo conocido que nuevo por conocer.
En inglés encontramos una frase equivalente muy similar: “better the devil you know than the devil you don’t know”.